¿Le gusta la Navidad? A nosotros también, pero puede ser una época difícil del año si estás intentando perder peso. Aquí tienes nuestros 10 mejores consejos para disfrutar de la Navidad sin poner en peligro tus objetivos.

Desglósalo

El periodo entre Acción de Gracias y Año Nuevo estará sin duda repleto de más celebraciones que el resto del año, lo cual es parte de lo que hace que esta época del año resulte tan difícil a la hora de perder peso. ¿El truco? No comer en exceso con demasiada frecuencia.

Disfruta cuando sea una ocasión para celebrar, pero entre fiesta y fiesta haz todo lo posible por mantener tus hábitos saludables habituales: comer bien, hacer ejercicio con regularidad y dormir lo suficiente. Por ejemplo, puedes intentarlo por todos los medios, pero no necesitas una bebida navideña de Starbucks cada vez que pases por delante de uno.

Conozca sus límites

Quieres pasarlo bien (¡y nosotros queremos que lo pases bien!), pero ten en cuenta que el periodo festivo puede ser una excusa para beber más de lo habitual y abusar de la comida rica. Hazlo en exceso y acabarás sintiéndote fatigado, pesado y puede que sufras indigestión o hinchazón. Intente tomárselo con calma, se sentirá mucho mejor.

Sé consciente

Si tienes una fiesta más tarde, merece la pena que adaptes tu dieta diaria en consecuencia. No nos referimos a saltarse comidas, ya que ir a una celebración con tanta hambre que quieras comerte todo lo que veas te aboca al desastre, pero ten cuidado con lo que comes y cuánto comes en los días previos. Come alimentos ricos en proteínas para sentirte satisfecho y presta atención a tu apetito.

Discretamente declinar

No pasa nada por decir que no. Sí, la gente tiende a ofenderse en esta época del año (¿cuántas veces se dice "¡pero si es Navidad!" como excusa para justificar los excesos?), pero si llevas todo el año intentando perder peso y mejorar tu salud y no quieres empezar a dar marcha atrás en tus progresos, di simplemente que no. Nadie puede obligarte a comer nada que no quieras.

Permítase lujos saludables

Los lujos no tienen por qué ser poco saludables. Piense si hay algún alimento más sano que le guste pero que rara vez coma durante el año: gambas, clementinas, un buen corte de pescado o, si está en condiciones de darse un capricho, un corte de carne de vacuno más caro.

Evitar el pastoreo

Ya conoces la regla: no picar mientras cocinas. Es muy tentador probar un poco de todo, pero si picoteas y luego comes una ración del tamaño normal, sólo estás añadiendo calorías extra al azar a tu ingesta diaria. Aguanta y come cuando esté todo servido.

Organízate

Algunas personas consideran que pedir la compra para recoger es una mejor opción que comprar en la tienda, donde uno se ve tentado a comprar todo tipo de cosas que no pensaba comprar.

Planifica lo que vas a comer, haz una lista y cíñete a ella.

Seguir haciendo ejercicio

Mantener el cuerpo en movimiento significa que te sentirás menos perezoso y aturdido cuando (inevitablemente) comas un montón de golosinas festivas. Los paseos largos son una forma estupenda de dar pasos, y puedes hacerlos con toda la familia para socializar al aire libre.

Fijar una fecha

¿Cuánto tardará en dejar de comer en exceso después de Navidad? ¿Será en el periodo de calma entre Navidad y Año Nuevo, o prefieres quitarte la presión y empezar de nuevo cuando llegue enero?

Lo que creas que es mejor, puede ayudarte fijar una fecha. Haz un plan y cúmplelo: será duro, pero merecerá la pena retomar esos hábitos saludables.

Disfrútalo

A pesar de todo, queremos que disfrute de la Navidad. Pocas veces tenemos la oportunidad de tomarnos un tiempo para celebrar y reflexionar sobre el año y pasar tiempo con nuestros seres queridos. Si eso implica comer más de lo habitual y ser más indulgente, que así sea, puedes retomar las cosas cuando quieras. Saborea la Navidad y disfruta de cada bocado.